el llamado Scar, nos da un repaso de cómo un disco menospreciado por muchos se convierte en un clásico para los oídos de pocos y de mucho menos analogías de vida.
Encontrado en la cesta de discos por desechar allá en Guadalajara hace algunos años, se ha convertido en otro favorito y no en cualquiera; es la entrada del otoño la ocasión para su escucha ideal, en esta estación donde las hojas de los arboles caen y las tardes son tristes, de días en que a veces queremos salirnos y seguir durmiendo y no queremos despertar. Días con momentos en que el extrañamiento se acentúa y el coraje vuelve para hacerse presente en un recibo y sonreír mientras pienso “salió barata esa amistad”, Henry inicia cantando"Sometimes I think Ive almost fooled myself" en "Richard Pryor Addresses A Tearful Nation", una pieza desgarradora acompañada por el Sax de Coleman, y así oxigenando mi cuerpo y relajándome, no puedo dejar de sonreír al oír "Stop", con latino ritmo crecer en su envolvente emotividad y darme cuenta que el rencor que dejo el coraje se ha disipado, es cierto se perdió un amigo pero se gano un amor.
risa risa risa mucha risa, ah como me he reido, llegue a "Edgar Bergen" y como dice Joe en esta cancion escribo por que amo llorar, sirve mucho para limpiar el alma, llegar a "Scar" es para finalizar la escucha, saber que estas cicatrices no se ven y por eso mismo no existen fue una broma de la virtualidad de la red.
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