Ponele sal

otra dia a comenzado.
7.30. pipipi pipipi pipipi.
tiré el libro de yerbateros misioneros y apunte tan mal que el volumen de la alarma subió para escuchar gritar a la señora que estaba al lado, que me levantara.
apenas llegue al baño me veo la cara de fisura mariajuanera.
ojeras y fotobia, grrruaaahhh.
meo.
remera arrugada, camisa más arrugada, pantalon con rayas, medias de ayer, a la cocina, pongo el agua pal mate, rutina, siempre rutina, pero...mi dios!! que veo en la pileta de la cocina? en ese circulito con agujeros donde normalmente chorrea el agua que sobra de la canilla, agujero donde el detergente se va con su espuma a jugar a las cañerias llenas de pedazos de comida, pedazos que tapan, pedazos que hongean y dan olor y pudren las cañerias, a ese mismo agujero descendía un hilo plateado asqueroso que reconozco como baba de babosa.
insecto fétido asqueroso y mal habido que odio en todos los aspectos posibles y de todos los domésticos el más repugnante, ni para comer sirve, por lo menos las denostadas cucarachas han dado un grupo, the beatles y han deleitado a millones de chinos y porque no algun argentino que se ha acercado a los restaurantes de la comunidad asiatica, camuflados en salsitas y budincitos.
ahí desperté, mi mirada se posó en el cuerpo de la inmunda, que se retorcia sexualmente provocativa, sus ojos en antenas me observaban, seguro me observaban, me medían y yo meditando muy profundo me despertaba lentamente y la adrenalina empezó a correr para emborrachar mis neuronas con ideas asesinas,
ja! no se salvaría tan facilmente, mis ojos levantaron sus pupilas y no recurri a otra cosa que a mi amigo mineral, cloruro de sodio.
abrí el armario saque el salero y riendo a carcajadas bien tremebundas y llenas de rencor volqué el contenido sobre el cuerpo brilloso de la hiija de mil puta.
ahí comenzó el show, la maldita se retorcía de dolor, de sequedad, la sal chupaba la humedad que el bicho me dejó en la mesada pero ahora yo lo tomaba para vengarme, para disfrutar el espectáculo, me importaba un carajo buda, jesus, mahoma, fasbinder, krishnamurti, coelho, bucay, no quería que el insecto sufriera, que el caracólido sintecho se secara, el cuerpo se subía, se bajaba, sacaba su baba en moco amarillo, saloso, salero, doloroso gratificante a la vez.
la agonía seguía y no iba a permitir ningun desmereciemiento a mi tarea, una antenita se asomó desafiante, como guiñándome un ojo, estoy viva me dijo. ja ja ja!!
la pava hirvió, el ruido campaneó en mi alma asesina, mi mano alumbrada por el satán de los animales tomó la pava y volco el agua hirviendo sobre el cuerpo de la desafiadora, abusadora, malhabida babosa.
no se movio mucho mas.
la impresion de un mail sirvió de ataud domestico.
pude ver su baba amarillenta en cantidad desparramarse en el celulósico envoltorio.
fue derecho al tacho y mientras caia, una antena me guió como diciendo hasta luego.

Furgoner